domingo, 27 de junio de 2010

El movimiento y la música son pretexto para hacernos mejores.


Por Ofelia Reyes Royo, maestra



Del silencio nacemos, al principio del taller. El ritmo nos estructura no hay caos.

La música nos da todo lo que ya sabemos. Armonizamos nuestros cuerpos para afinar la laringe.

De la laringe nace la palabra, es la palabra no caótica –la palabra acompasada- la que nos da todas las posibilidades de crecimiento.

En el taller de música a partir de un ejercicio de voluntad somos capaces de movernos en total concentración, en buen control, “en buen ritmo”.

En el círculo que hacemos, el movimiento y la música son pretexto para hacernos mejores seres humanos en sociedad: en comunidad.